5 trucos y ejemplos útiles para empezar a escribir microrrelatos

Por fin has decidido iniciarte en el maravilloso mundo de los microrrelatos, pero estás buscando algunas claves o trucos para poder materializar sobre el papel todas esas ideas que rondan tu cabeza. Enhorabuena porque has llegado al lugar adecuado.

Sabemos que escribir un microrrelato puede parecer una tarea sencilla en principio, pero para nada lo es. Escribir un buen microrrelato requiere de una buena idea, saber jugar y enganchar a través de las palabras y cerrar con un buen final que no deje indiferente a nadie.  

Toma nota, porque vamos a darte la receta secreta para que tus microrrelatos tengan esa mezcla de sorpresa, curiosidad y gancho que necesita el lector para no aburrirse y conseguir que quieran seguir leyendo.

Ten una buena idea

En primer lugar, si no existe un buen eje en el que basar nuestra historia, el microrrelato no funcionará. Si buscas inspiración, solo tienes que mirar a tu alrededor  o preguntar a familiares y amigos sobre sus propias anécdotas.

Una vez se te ocurra una buen idea, pregúntales y serán ellos mismos quiénes te digan si continuar hacia adelante con ella o no.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno

Sé breve en tus palabras, no te andes por las ramas. Un microrrelato suele tener entre 7 y 250 palabras, así que escoge bien lo que dices y cómo lo dices. Pero sin perder la estructura: principio, desarrollo y final.

Aquí entra en juego tu imaginación y habilidades para hacer que la mente de tu lector interprete elementos que tú no has escrito de una forma explícita. Pero ten cuidado, un microrrelato no es el resumen de una historia, sino que tú historia debe conservar su esencia intacta.

Sé preciso

La precisión va de la mano de la brevedad, pero en este punto, no queremos que escribas más o menos palabras, sino que elijas las precisas. Elige justo esas palabras que quieres despierten el sentimiento que quieres provocar en el lector.

No obstante, recuerda que la sencillez es la clave de toda historia, no caigas en el error de escoger palabras demasiado complejas y al final obtengas como resultado un listado casi incomprensible.

Para terminar, si nos permites un último consejo, crea una historia con no más de tres personajes. A partir de tres, comienza a ser demasiado compleja.

Juega siempre con un factor sorpresa

Resérvate un as bajo la manga y juega siempre con el factor sorpresa al final. Es muy importante que sorprendas al lector con giros inesperados o escribas palabras que no espere. ¿Cómo lo hago?

Por ejemplo, una técnica muy utilizada es empezar por la última frase del microrrelato.

Originalidad

No te limites y saca todas esas ideas originales que dan vueltas en tu cabeza, sin prejuicios y sin autocensurarte. No creas que por ser más comedido llegarás a un público más amplio y variado.

Seguramente ocurra todo lo contrario, y tu mensaje resuena mucho más y con más fuerza en una minoría que en una mayoría. Recuerda que la gracia de los relatos es que no tienes por qué justificarte, así que deja volar tu imaginación sin miedo.

Por último, te dejamos algunos ejemplos de microrrelatos para que te sirvan de inspiración:

  • Amor 77, de Julio Cortázar

Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

  • La carta, de Luis Mateo Díez

Todas las mañanas llego a la oficina, me siento, enciendo la lámpara, abro el portafolios y, antes de comenzar la tarea diaria, escribo una línea en la larga carta donde, desde hace catorce años, explico minuciosamente las razones de mi suicidio.

  • Fantasma, de Patricia Esteban Erlés

El hombre que amé se ha convertido en fantasma. Me gusta ponerle mucho suavizante, plancharlo al vapor y usarlo como sábana bajera las noches que tengo una cita prometedora

Si quieres imprimir tu libro de microrrelatos, estaremos encantados de hacer tu sueño realidad, solo tienes que ponerte en contacto con nosotros y te asesoraremos durante todo el proceso.