Cómo sabrás, podemos diferenciar entre textos literarios y no literarios, el estilo y el propósito de ambas suelen ser totalmente diferentes. En este post, aprenderás a diferenciarlas y a conocer cuales son sus características principales.
Vamos a hacer un ejercicio mental rápido, donde enseguida te darás cuenta de la principal diferencia entre ambos. Si coges el periódico y lees cualquier artículo, te darás cuenta de que se trata de un texto objetivo y directo, el cual no hará volar tu imaginación, sino que probablemente te cuente un hecho en concreto.
Sin embargo, si nos ponemos a leer un texto literario, encontramos todo lo contrario. Su estructura y estilo son mucho más libres, con menos restricciones y mucha más libertad. El autor plasma de manera creativa la historia que te quiere contar dejando espacio a tus propias interpretaciones e imaginación.
En otras palabras, los textos literarios deben tener un estilo creativo, belleza, subjetividad y atractivo para así cumplir con su función expresiva, mientras que los no literarios se encargan de informar o exponer información, sin ninguna pretensión más allá de relatar los propios acontecimientos.
Para que te sitúes, como textos literarios entendemos:
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Leyenda
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Drama
Características de un texto literario
Todos los textos literarios comparten o deben cumplir los mismos requisitos para serlo:
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Función poética: la forma en la que está escrito el texto. Dónde la creatividad y capacidad expresiva juegan un papel fundamental.
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Subjetivismo: la marca del autor en el texto es algo super importante. No puede basarse en datos objetivos, sino que debe reflejar la perspectiva personal del autor.
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Lenguaje y estilo: siguen un propósito estético, utilizando un lenguaje bello y adornado mediante la utilización de recursos literarios.
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Ficcionalidad: jugar con la mente del lector a traspasar los límites entre la ficción y la realidad. La mayoría de ellos son totalmente ficticios, pero en algunos casos podemos encontrar esta ambigüedad entre ambos.
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Representación de la realidad: imita la realidad en la que supuestamente se encuentra. Es decir, se sitúa en un entorno en concreto, en una época en concreto o localización. Así sitúa al lector en un contexto reconocible para él.
Ejemplos de texto literarios
Por último, te dejamos una clasificación donde podrás clasificar los diferentes textos literarios:
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Narrativos: son los textos escritos normalmente en prosa con un narrador y divididos en tres partes, introducción, nudo y desenlace.
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Dramáticos: no existe narrador, sino que se trata del diálogo entre personajes y su finalidad en las representación en obras de teatro.
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Líricos: escritos en verso, en los que se expresan sentimientos y emociones personales, donde la marca de la autor está más presente que nunca.
Esperamos que toda esta información te haya sido de gran ayuda para aprender a clasificar los textos literarios. Si ya has escrito tu propia novela, y estás buscando imprimirla, ponte en contacto con nosotros, estaremos encantados de ayudarte a hacer realidad tu proyecto.